En la última entrada de Tres Tizas, blog que sigo habitualmente por sus reflexiones y buenas ideas para el quehacer diario, Gorka Fernández explica la teoría de David Kolb sobre los estilos de aprendizaje en la eda adulta. En la entrada, incluso podemos acceder a un cuestionario para evaluarnos.
Cuanta más información tengamos sobre nosotros mismos y sobre los alumnos, más eficaz podrá ser nuestra labor como enseñantes.
Al leer el artículo sobre Kolb, pensé en la teoría de las inteligencias múltiples de Gardner, imprescindible tenerlas en cuenta a la hora de programar una tarea para el alumnado, y también, por qué no, importantes para conocer qué tipo de inteligencia predomina en nosotros, con el mismo objetivo de utilizar nuestros puntos fuertes, mejorar los más precarios y optimizar nuestra secuencia de enseñanza-aprendizaje, atendiendo eficazmente a la diversidad.
Según estudios realizados, después de un tiempo de experimentación con la teoría de las inteligencias múltiples, los resultados son:
Reducción de los problemas de conducta
Incremento de la autoestima en los alumnos
Desarrollo de las habilidades de cooperación y liderazgo
Importante aumento del interés, decicación y motivación hacia el aprendizaje
Incremento del rendimiento y éxito académico
Presencia permanente del humor
Es como para tenerlo en cuenta ¿no?
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